
Puente gastronómico entre lo moderno y lo tradicional. Este negocio familiar es un punto de referencia y uno de los lugares más emblemáticos de la cultura gastronómica local.
A inicios de la década de los 40 del siglo pasado comenzó a gestarse un negocio familiar en Lebrija que llega a nuestros días mas vivo que nunca.
Además de la humildad y el trabajo incansable de una familia dedicada por entero al servicio y al arte gastronómico, el pilar del éxito de esta venta reside en saber extraer lo mejor de la cocina clásica y conjugarlo con las líneas más modernas de la cocina innovadora.
Sus reformadas paredes han sido silenciosos testigos del paso del tiempo y guardan innumerables imágenes en su retina.
Desde los años 40 son ya tres generaciones y setenta años, por lo que el negocio ha experimentado un gran cambio, desde un molino harinero hasta el primitivo despacho de vinos y tapas.